El nombre local es Angkot
y suelen caber del orden de 7 u 8 pasajeros, o si hablamos de capacidad
indonesia, 11 o 12. Varían según la zona del país. Por ejemplo, en Kupang los
podréis ver decorados con imágenes de Bob Marley o Jesucristo acompañados de
coloridas florituras y luces; para rematar la estrategia de márquetin, llevan
unos altavoces por los que gritan a saber qué cosas con el fin de atraer
viajeros. Los de Kalimantan son más serios. Sólo llevan luces de puticlub y
pitan.
Pues ahí estaba yo, con
otros 3 compañeros, yendo a un bar que hay en la playa a celebrar el día de
Australia. Y os preguntaréis, ¿Pero qué cojones tienes que celebrar tú el día
de Australia, siendo español y en Indonesia? Pues que me dijeron que había
cerveza modo “Japi Agüer” y ahí me liaron. Australia no es un país que me haya
llamado mucho la antención, pero ayer, era de mis favoritos. ¿Por qué? Pues
porque yo veía que la gente cogía platos y se los llenaba hasta arriba de
comida, y le pregunté a la camarera que cuánto costaba el buffet. Me dijo: It’s
free. Pobre chica, no sabía lo que acababa de hacer. Decirle a un español que
la comida es gratis. Un español que viene de un país donde los abuelos van a
las ferias a coger puñados de bolis porque son gratis. Un país donde si en el
tren te ofrecen un zumo que no te gusta mucho, te lo tomas porque “It’s free!”
Así que cené de lujo y luego
tuvimos tiempo de ir a ver a un grupo de música indonesio que contra todos mis
pronósticos tocaron muy bien.
En fin, una noche variada
y llena de sorpresas rematada por la victoria de Nadal contra Federer en el
open de Australia… ¡Feliz día de Australia!